Cada palabra inscribiéndose en un espacio.
Podría ser esta u otra, variar sus cuerpos
o su vaivén o la combinación que lleva
a la revelación o al ocultamiento.
Pero siempre conservan el temblor
de la inminencia, un cúmulo de bordes
próximo a arder.
Foto: cuadernos de William Blake.
1 comentario:
Me encanta tu blog, Sergio. Es genial. Muchas gracias, por saber de ti, y de tu escritura... Lo seguiré... Un abrazo inmenso.
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