miércoles, 5 de diciembre de 2012

Diccionario ondulante de Ramón Eder

 

DICCIONARIO ONDULANTE DE RAMÓN EDER 

Abrir el propio armario es ver alineados los disfraces de un actor. 
Bastante hace el que nos conduce a la puerta de una revelación y después desaparece. 
Ciertas cosas no hay que contárselas a nadie, incluso ni a uno mismo. 
Dormir bien es tener solucionado un tercio de la vida. 
El carácter se forma los domingos por la tarde. 
Fracasa con dignidad quien no le echa la culpa de su fracaso a fuerzas exteriores 
Guardar cosas feas porque tienen un valor sentimental corrompe el gusto. 
Hay personas tan pedantes que cuando se callan se callan en latín. 
Ir llorando por el camino de la verdad tiene menos mérito que ir sonriendo.
DebaJo de un pino se piensa diferente que debajo de una palmera.
A todo escritor, si se descuida, se le escapa un hayKu. 
Los escritores no sirven para nada, excepto para dar sentido a las cosas. 
Muchas veces he intentado echar raíces, pero siempre me lo han impedido las alas. 
Nadie olvida la frase con la que fue expulsado del paraíso.
EmpeÑarse en olvidar algo es recordarlo para siempre. 
Ocultaba un defecto de su cara con unas faldas cortísimas. 
Para conseguir ciertas cosas uno tiene que olvidarlas. 
Que nadie se asuste, pero mamar es una especie de canibalismo. 
Rebelarse es revelarse.
Somos inmortales todos los días de nuestra vida, excepto uno. 
Todo escritor puede crear un premio internacional de literatura y concedérselo a sí mismo por unanimidad. 
Un libro de aforismos debe ser como una de esas fiestas en las que hay mujeres sensacionales, pero en las que hay una que es literalmente inolvidable. 
Volvía siempre que podía al lugar del crimen que no había podido cometer.
EXaminó con detalle las características de la trampa en la que había caído y la encontró confortable.
¡Y pensar que cuando compramos un cuaderno ahí podíamos escribir una obra maestra!
La inmadureZ es una estrategia para retrasar la putrefacción. 

Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952), aforista: destilador del pensamiento, extractor de las piedras de la cordura, buceador en arenas movedizas, fotógrafo incansable de sus propios pasos, restaurador de las ideas raídas, ironista, literato portátil y recolector de frutos solares. Ha escrito poesía (Axaxaxas mlö, 1985, y Lágrimas de cocodrilo, 1998), relato breve (La mitad es más que el todo, 1998) y catálogos de pensamiento breve (Hablando en plata, 2001, Ironías, 2007, El cuaderno francés y La vida ondulante, 2012). Aquí dejo una muestra de los aforismos de este último libro ordenada en forma de alfabeto, para las ocasiones en las que nos quedamos sin palabras.

No hay comentarios: