miércoles, 25 de julio de 2012

Lunares y retratos





En cuestión de un segundo, la muerte hace añicos un espejo.


*

 Como una llama atrapada en su propia quemadura, así se envenenan los días.


*

Dos retratos


I

Su mirada: un cuenco vacío, un invierno en tiras, un gesto sin mapa. Y sus labios la frontera de un turbio nido.

II

En su rostro serio duermen una herida y un niño.


Imagen: Chema Madoz
 

2 comentarios:

Pepa dijo...

Hola, Sergio, el segundo retrato es la forma más corta, fascinante y precisa que he leído nunca para describir el fin de la infancia, me encanta! Estos lunares van hacia mancha, hacia color de piel, hacia cuerpo completo ;-) Un abrazo

Sergio García dijo...

Millones de gracias lectora!!! No sé qué decir, totalmente abrumado por tus palabras, que son un regalo y una enorme inyección de ánimo para continuar. Creo que ese rostro agazapado lo hemos tenido y lo seguimos compartiendo muchos... Reitero mi agradecimiento y lo acompaño de un fuerte abrazo.